acompañando a mi madre) los que en ella predicaban, trataban de
convencerme de que pase lo que pase he hiciere lo que hiciere Dios siempre iba
a estar conmigo, pero de pronto en una noche
descubrí que ellos estaban tan
cansados de la humanidad, que nos fulminarían sin remordimientos (seguramente
lo merecemos).
No se como
terminé mi desayuno, ni cuando salí de mi casa. Mucho menos se cuando
llegué a mi trabajo, solo me percaté de ello cuando Frank, mi mejor amigo se
acercó a mi y me preguntó -¿Qué tienes Darío, estas pálido te fuiste de fiesta
anoche?, porqué se nota que no has dormido –Me comentó mi amigo Frank y yo le
respondí contrariado- Si te digo donde estuve no me lo creerás- a lo que él me dijo con insistencia –Déjame decidir eso
¿Si? Vamos a la cafetería y ahí me cuentas el misterio- claro que le repliqué –
lo siento pero acabo de llegar y no creo que esté bien-. –Que vergüenza sentí
cuando Frank me miró fijamente y me respondió con ese acento que le salía
cuando estaba preocupado-.
-Amigo de mi alma, déjame que
te diga que estas más mal de lo que crees, pues llegaste hace varias horas, así
que acompáñame si no quieres que llame al Lorenzo Ponce - para ser franco lo
seguí, porque necesitaba desahogarme con alguien y quien mejor que él, pues
desde la infancia nos conocíamos-.
Llegamos a la cafetería sin mayores contratiempos y ordenamos dos té helados, pues ya habíamos
desayunado y mientras los traían decidí narrarle lo que me había acontecido,
sin omitir palabra alguna. Luego cuando
terminé escudriñé su rostro en silencio, se había tornado pálido y confuso, sus
ojos reflejaban miedo y dolor ¿Pero por que?
Lo que me aconteció fue asombroso,
lo se, pero al mismo tiempo fue hermoso. Preferí callar al ver lo
contrariado que Frank se encontraba. Sabía que cuando el asimilara lo que le relaté, me
daría su opinión, pero me pareció tan largo el tiempo que guardamos silencio, que la
tranquilidad que sentí cuando me habló fue grande.
-Oye Darío hace muchos años que somos amigos, te estimo y por eso seré
sincero contigo. Yo creo que estas loco,
si fuera tu voy a que me exorcice alguien, porque lo que dices no es
normal ¿cómo me vas a decir que a Dios
no le gustan que le hagan templo? Seguramente fue un espíritu malo,
porque no me parece lógico que me digas que a Dios no le gustan las ofrendas,
si lo más lindo es que nos regalen cosas bonitas y además ¿Cómo le va gustar el altar de tierra? Si
los pisos de mármol son tan lindos y elegantes, no vas a compararlo con la
tierra que es sucia y hasta vulgar, yo
jamás la he visto en palacios ni en ningún otro lugar elegante.
No se tu,
pero yo no creo que sea cierto todo lo que te dijeron en sueños, por la
simple razón de que a Dios le fascinó el templo de Salomón y no creo que un rey
poderoso le hiciera a su Dios algo con piso de tierra ¡Ni que le faltará dinero
o que fuera para cualquiera, el templo era para Dios, el
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