Lo miré y le dije con gran necedad –Señor se que te hirieron pero no fui
yo. Amo a Dios y a ti también te amo -el meneó la cabeza y respondió irónico-
Se muy bien cuanto nos aman ustedes, tanto que arreglan los errores de mi
padre- pero Señor si ustedes son
perfectos ¿quien haría tal cosa?- Si tan
perfectos que mi padre les hizo la vaca y ustedes hacen carne de soya, (pues es más nutritiva y sin colesterol,
según vosotros). Claro es que mi padre según uds era
inexperto cuando creó la vaca. Les hizo hermosas flores con bellos
colores y agradables olores ¿Y ustedes que hicieron? Con cosas artificiales
perfeccionaron su creación "Como no si los colores no combinaban y la fragancia
era un poco deficiente a vuestra opinión, por eso lo ayudaron ¿verdad?”.
También les creó los más maravillosos paisajes para que recrearan sus ojos,
pero prefirieron hacer cuadros y retratos "Es compresible según uds. pues los
paisajes de mi padre necesitaban realismo”, pero lo que más me duele es que
rechazaron a mi padre, que hizo todo para que estuviesen seguros y confiados, y se fueron en busca de
otros dioses, por eso los abandonó, para que se entreguen a sus pasiones
vergonzosas: hombres con hombres y mujeres con mujeres. (Romanos Cáp. 1,
Versículos 26-27 y 28)
Con tanta ilusión los creó varón
y hembra, y hasta eso les pareció mal e inventaron la cirugía para transformar
su sexo, llegando al colmo de los colmo se hicieron como mi padre y
arbitrariamente tomaron del árbol de la vida, superando así en maldad a sus
padres Adán y Eva y crearon hombres de probeta, olvidando el ‘pequeñísimo’ detalle que él (Mi padre) como todo gran artista a
toda obra suya le puso su sello: "El
espíritu santo” y ustedes burdos plagiadores, imitadores de mala talla ¿Donde
pretenden encontrar la pluma con la que firmó su lienzo?.
¡Que pena me dan, se creen tan sabios y tienen que robar mi materia
prima y mis diseños para hacer sus clones! ¡OH Que gran proeza la vuestra!.
Toda mi vida creí que tenía mala suerte
y en ese momento descubrí que no me equivocaba, pues justo cuando me
empezaba interesar lo que los dos hombres me decían, el silbido agudo de mi
padre, me anunció que ya había amanecido y mis obligaciones me aguardaban, que
le iba a hacer.
Me levanté e hice lo que usualmente hago en las mañanas: (Bañarme,
afeitarme, peinarme, vestirme y por último sentarme a comer con mi familia).
¡Que delicia de desayuno!, como no, si mi madre hace
los más ricos bocados. Creo que mis
padres sospecharon la difícil noche que tuve, no se como, pero se enteraron y
mi familia completa me engreía. ¿Habrá sido mi rostro preocupado?, la
intuición femenina de mi madre y
hermanas o mi corazón que pedía a gritos consuelo, no se. En este momento me siento terriblemente
confundido, ese hombre que me habló en
sueño y que para mi opinión era "JESUS”
y su padre era el anciano que le acompañaba, los dos me dejaron preocupados,
pues las veces que yo estuve en la iglesia
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