Bendito sea tu
amor.
Aunque sea un espejismo que mi alma creo para
que yo te quisiera.
Benditos
sean tus ojos. Cuando me miran de esa manera,
porque me hacen imaginar que te importa
que yo te quiera.
Bendita la ilusión
que me da el soñar que tu me sueñas.
Pero maldita
la sensación de comprender, que en vano
mi alma te espera.
Hay que bendita
maldición es esta que me atormenta; el
quererte se hiso dolor, pero ese dolor a mí me alegra.
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